sábado, 17 de noviembre de 2007

[IRREAL]>>>> [SIMULACRO]>>>> [HIPERREAL]

Se viven tiempos inmersos en flujos mercantiles en donde es necesario aprender a saltar entre las trampas del conflicto y de la competencia de intereses que acechan por doquier entre trucos e imágenes de todo tipo destinados a crear y cumplir específicos intereses. Influencias que se dejan sentir en la mayor parte de las imágenes que cruzan los imaginarios que los públicos recrean y representan colectivamente dándole sentido a su mundo en civilización.

Contenidos imaginarios que aparecen llenos de artilugios y exageraciones sobrepuestas, que se erigen como algo que difícilmente puede ser mentira y desenmascarado, sin embargo la experiencia y la simulación dicen que entre mas se aparenta algo más se carece de ello ¿Será que estamos en una cultura de inseguridad e inconciencia basada en el mal utilizado concepto de “cultura materialista”, que Alan Watts describe al decir que si en verdad se tratara de materialismo, existiría la preocupación por cuidar esencialmente a el agua, a los bosques, a las selvas, a los cerros como antiguos seres que son, y en si, al entorno en general? Se vive en una cultura hipnotizada por símbolos – palabras, números, medidas, calificaciones, cantidades, e imágenes – que son confundidos con y preferidos a la realidad física. En este sentido para desenmascarar basta con poner atención al contenido de los mensajes que se pretenden vender para dar cuenta de ello, donde lamentablemente la cultura de masas en México adiestra a las mayorías entre la dificultad de lo sencillo como costumbre y la saturación como rutina, a no saber distinguir entre un gato, un perro o una rana.

Uno de los efectos mencionados a causa de la postmodernidad es el hecho de que de acuerdo con Roger Bartra (2007) la sociedad moderna experimenta la perdida de sentido por el exceso de modernidad; una verdadera implosión de significados, que abre paso a la fragmentación cultural y ensancha los espacios de frustración y nostalgia. Sin embargo desde este lado, al parecer no todo dentro de la postmodernidad es tan malo, pues, por ejemplo en la coyuntura para el caso de México, dicho boom simbólico puede servir, si se le da la dirección adecuada con la ayuda del sentido de la toma de conciencia, y con el chance de reconstruir y apuntar hacia nuevos imaginarios e identidades, como posibilidad para enterrar el desgastado imaginario nacional que se reproduce legitimando al sistema político, a través de un articulado conjunto de mitos que unifican la impuesta identidad del mexicano: Entre el indio agachado y el pelado mestizo se tiende una línea que pasa por los principales puntos de articulación del alma mexicana: melancolía desidia fatalidad inferioridad / violencia sentimentalismo resentimiento evasión. Esta línea marca el periplo que debe recorrer el mexicano para encontrarse a si mismo, desde el edén natural originario hasta el Apocalipsis industrial (Bartra, 2007).

El rompimiento que buscaban los movimientos socio - contraculturales hace cuarenta años se promulgaba por la ruptura contra un orden social establecido en los marcos de la modernidad y el progreso, se trataba de movimientos sociales con causas ideológicas concretas que buscaban quebrar patrones fáciles de distinguir en las sociedades de esos tiempos, generaciones que miraban hacia opciones que derivaron en la apertura de muchas cosas y que aún siguen siendo válidas en algunos, no todos los casos, ante las mutaciones de la situación presente donde el sentido del progreso parece haberse terminado.

Gracias al desarrollo de la civilización en cuanto a tecnología en aspectos como la virtualidad por ejemplo, nos enfrentamos a una paradoja que por un lado ofrece un retorno a lo simple donde hace falta saber distinguir entre lo necesario y el simulacro, entre lo que según Watts (1968) se trata de en un juego de pantallas que tiene como fin ocultar las conexiones reales existentes entre las cosas; en una realidad fragmentada por esa forma de pensar abstracta al estilo americano, donde una manzana llega a la mano sin saber que provino de un árbol.


El imperio quedo hundido entre un inmenso océano de imágenes, como Baudrillard lo explica, en lo contemporáneo, en la postmodernidad ante las transformaciones culturales que rompieron con los parámetros de las ultimas décadas del siglo XX, en términos complejos que requieren de algunos minutos para pensarse se entiende que: si desde una perspectiva marxista en la modernidad la esfera simbólica (superestructura) era una emanación directa de los modos de producción (infraestructura), en la sociedad postmoderna se invierten los términos y es la imagen la que antecede y estructura el espacio social.

En base a esto es común notar la extraña situación en donde lo que antes era considerado conservador hoy se vuelve trasgresor, y lo antes considerado trasgresor se vuelve común; los estereotipos retozan ahora entre posiciones paralelas de igual a igual en los niveles de consumo y sistematización solo que con distintos disfraces, por eso se dice que ya no hay más contracultura.

Un chispazo trae a la memoria las palabras de Alejandro Jodorowsky en una entrevista dada hace unos meses a un reportero de la Jornada, donde decía : Vivimos tiempos en los que las revoluciones sociales han caducado; tiempos en los que las revoluciones se convierten en revoluciones espirituales, que empiezan desde uno mismo, en el trascender el nivel de las ideologías y el nivel de la razón positiva.
De vuelta con Baudrillard (2006): El imperio de la imagen es total y absoluto: no hay ninguna realidad oculta tras ella porque la realidad ha sido absorbida y no comporta ya rasgo distintivo alguno que la diferencie de su representación. Esta imagen omnipotente es el simulacro y con ella viene emparejada una nueva acepción, lo hiperreal, la realidad en el estadio de su indistinción con la imagen. La simulación no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que la generación por los modelos de algo real sin origen ni realidad: Lo hiperreal.

Que el mapa ya no preceda al territorio y que en adelante sea el territorio el que resulta del mapa, suena parecido a lo que la Psicología Transpersonal plantea en cuestión de que cada quien tiene la capacidad de crear su propia realidad, de acuerdo al propio estado de conciencia y los pensamientos, es ahí donde se encuentra una de las posibilidades de liberación mas grandes que nuestra era ofrece, a partir del plano de la subjetivación individual hasta la colectiva. Sin embargo las desventajas de que la realidad sea producto de los estados de simulación son mayores y tienen a la vez y cada vez, consecuencias muy peligrosas en lo que producen, como problemáticas sociales de cualquier índole. Tan simples como el del riesgo de vivir en una democracia simulada a todos los niveles dentro de una tecnocracia con tendencias regresivas y totalitarias en medio de la aplanadora neoliberal.

En el mundo de las abstracciones y de los símbolos – mundo discontinuo y separado del mundo -, la persona humana es una cosa aislada en medio de otras cosas. Donde de acuerdo con Watts (1968), uno se experimenta a si mismo como un solitario centro de conciencia y acción. En una cultura hipnotizada por símbolos – palabras, números, medidas, calificaciones, cantidades, e imágenes – que son confundidos con y preferidos a la realidad física, hace falta reencontrar ese sentido de conexión con el afuera, con el otro, con lo básico.

Escrito por: Dvd


Referencias:

- Bartra (2007). Fango sobre la democracia: Textos polémicos sobre la transición mexicana. México: Planeta

- López, Cuenca, A. (2007). Baudrillard o la disolución del arte. Revuelta. Revista Latinoamericana de Pensamiento, 7, Julio, Universidad de las Américas, Puebla

- Watts (1968). El Gran Mándala: Ensayos sobre la materialidad. Barcelona: Kairós. 1970

sábado, 3 de noviembre de 2007

Colectivo el Cascabel invita a la
Presentación de Libro:

ATENCO REBELDE
Imagen de un pueblo en lucha

Del Autor: Jesús Villaseca Chávez

Quien a trabajado para el diario editorial la prensa, editor en fotografía en editorial México Hoy, fotógrafo de la Académica Mexicana de Ciencias en el año 2002 – 2003, fundador y director gral. De la revista y agencia de fotoperiodismo Latitudes, actualmente trabaja para el diario nacional La Jornada.

Jueves 8 de Noviembre 07
19:oo Hrs.
Sede: Fundación Arturo Herrera Cabañas
Allende #113 Col. Centro, Pachuca Hgo.
000 Habrá brindis al final de la presentación 000

Info:
con_tiempo@hotmail.com
Visita y colabora en: http://www.elcascabel.blogspot.com/